lunes, 22 de septiembre de 2008
Dos ojos y un espíritu
Si cada cabeza es un mundo, tus ojos son tu cielo. Un cielo inmenso, un cielo rojo con dos enormes soles obscuros. Un cielo infinito al que parece imposible llegar, a pesar de verse tan presente siempre y en todas partes; cielo omnipresente en dónde no mora Dios. Un cielo que hace palidecer a toda mixtificación del alma humana, un cielo con un espíritu. Dos ojos lejanos y un espíritu, dos ojos enmarcados por lo que es hoy y por hoy la carita mas hermosa del mundo.
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