miércoles, 27 de junio de 2007
Dos Crónicas de año nuevo (2003)
1 Una vida se estaba extinguiendo, solo faltaban unas horas. No sé que hacía esa noche, solo seguía las vías del tren. Caminaba lo más rápido que me permitían mis zapatos alcoholicos, trataba de dejar atras mi trsteza y melancolía. ¡Como si no supiera que eran mis pasajeros de primera clase! A lo lejos pude ver otro trén, te pude ver. Vestías de negro, el viendo de diciembre azotaba tu cabello contra tu cara, yo pensé que te haría sangrar la manera en que tu gruesa cabellera rizada golpeaba tu cara de niña. Tus ojos enmarcados por hermosas ojeras y con las lágrimas reprimidas en el fondo me miraron alumbrándome con su obscuridad. Me preguntaste mi destino y me convenciste de que siguiera tu camino. Hablamos y hablamos todo el camino.... no puedo recordar una palabra de lo que dijimos, pero finalmente llegamos a tu destino. Entramos a una casa estilo taoísta, con su patio sumergido y las pequeñas viviendas alrededor. Entonces salió ella a recibirnos. Rubia, alta, cabello muy corto, hermosa y terriblemente triste. Miraba por la pantalla estúpidas imágenes de gente vacía que celebraba un año más de vernos la cara y lavarnos el cerebro. Comentamos lo absurdo del caso y lo irónico de la situación ¡Tres almas solitarias juntas en la última noche! Sentí como me abrazabas, yo imnediatamente sin pedir permiso ni empezar lentamente, me aferré a tus senos; los mordí, apretujé, pellisqué y besé. Escuchaba tu voz, tus susurros, tus lamentos. Besé tu boca y tu me mordiste, mi sangre se mezclo con nuestras salibas, llegué a pensar que se gestaría una nueva vida. Te fuí desnudándo mientras exploraba cada parte de tu cuerpo que la ropa iba abandonándo, y entré en tí. Y hablabas y hablabas de lo felíz que te sentías en este momento. De pronto sentí algo extraño en mi espalda, un extraño masaje proporcionado por dos objetos carnosos y duros, al voltear y encontrarme con dos capullos rosas, recordé que no estábamos solos. Aquella hada rubia se nos había unido. Tomé su cabello y la estrellé violentamente en la cama. Ella gritó y me miró con furia, pero sus labios sonrieron con ternura. Se vengó de ese acto arañándo mi cara mientras el trén se adentraba al tunel. Las tres locomotoras silbaban y hechaban humo, era un hermoso accidente ferroviario. Al final me dijiste "No te quedes".... No pensaba hacerlo, debía seguir mi destino. Hablámos mil cosas, decidimos volver a vernos al día siguiente, al año siguiente.... Nunca nos volvimos a ver, nunca, nunca, nunca.
2 Bajo mis pies, las olas del oceano. Un mar desconocido, un lugar donde las huestes de Belzebuth no se atreven a aventurarse, lejos de mi amor, lejos de mi gente (¿de verdad existe "mi" gente?), pero el dolor sigue aquí, del otro lado del mundo. Miro el sol ahogarse en el oceano, en estos mares australes, en otros tiempos me gustaba ver la muerte del Dios de los cobardes, ahora me dá tristeza, me dá nostalgia. No es solo este sol el que se muere, es todo un siglo, y no es solo un siglo ¡Es un milenio! ¡Son "mis tiempos" los que se están muriéndo! "Mis tiempos", me siento como los abuelos hablándo de "mis tiempos". Me gustaría detener el tiempo, pero no es posible. Todos ríen, la cerveza fluye de las paredes, vomito y una princesa británica se preocupa por mí. ¿Por mí que soy un paria? ¿Por mí que pertenesco a una nación de americanos que ni siquiera se reconocen a sí mismos como americanos? "Los americanos son los del norte", dice mi gente, México no está en américa, México flota entre la magia y la existencia, en un continente que podría ser África, podría ser Europa, quizás Asia, Oceanía no, pero nunca América, América no es nuestra tierra. Ciudadano del mundo he perdido a mi país ¿Alguna vez lo tuve?, mi país perdió su continente, mi país es un vago, igual que yo. Me río y me tomo una limonada eléctrica mientras brindo con mi tierra. Mis carcajadas espantan a los niños, esos eternos niños, inocentes, brillantes, sabios. Los niños que hablan de buda, los niños que desprecian al mago de palestina, los niños de la cruz de loto. Juntos hemos devorado la carne de nuestros mejores amigos, hemos visto manadas de lobos enturbiar la luna en su elegante vuelo, hemos sabido que madre hay más de una, que sí se puede comprar el amor y que los muertos pueden caminar y aún hablar. Quisiera detener el tiempo, pero no puedo... ¿Se puede entonces si no detenerlo, regresarlo? Veo morir el siglo XX, y pienso si pudiera volver el tiempo...¿Cuantas cosas no haría? ¿Que cosas no diría? ¿Lloraría lo que no pude llorar? ¿Reiría más con la gente que me quiere? ¿Enmendaría mis errores? Voy a dormir, el alcohol está ganándo territorio y ya empieza a exigir indemnizaciones, como buén guerrero. Despierto, unos ojos me miran y me hablan en un idioma que apenas hace algunos meses aprendí. "Despierta, hoy es 31 de Diciembre de 1999, hemos cruzado la línea del tiempo" ¡Bendito sea el mar, bendita Oceanía! He regresado en el tiempo, no solo un día, no solo un año, no solo una década, no solo un siglo: ¡Un milenio! Una vez más veo morir el siglo XX, una vez más me reconcilio con ese milenio y lo dejo ir en paz.
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